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12/08/2014

Guaguas Municipales colabora con la Asociación Iraitza en la recolecta solidaria de tapones para costear el tratamiento de la pequeña Nuria

Guaguas Municipales y la Asociación Iraitza-Tapones Solidarios han iniciado una campaña solidaria para la recolecta de tapas de plástico al objeto de ayudar a Nuria, una niña grancanaria que precisa un tratamiento con hormonas del crecimiento para mejorar su salud. La familia de la pequeña necesita colaboración porque la asistencia médica se puede prolongar durante años.
 
La empresa municipal de transporte y la organización sin ánimo de lucro firmaron en octubre pasado un acuerdo para oficializar la colaboración en la recolecta de tapones de plástico con fines solidarios como el caso de Nuria y de otros niños. Guaguas Municipales, que ya prestó ayuda con Valeria y Rubén Frade, un chico con parálisis cerebral que necesitaba una nueva silla de ruedas adaptada, ha dispuesto en las terminales y en la recepción de su sede principal en El Sebadal de varios depósitos contenedores donde poder almacenar los tapones, antes de enviarlos a las plantas de reciclaje, y así cumplir el objetivo.
La Asociación Iraitza-Tapones Solidarios nació en 2012 a raíz de una campaña de recogida de tapones en favor de la niña Iraitza del Pino Rodríguez Benítez, de tan solo dos años de edad, que padece una enfermedad de las denominadas raras (déficit de biotinidasa) y una minusvalía del 90%, y que necesitaba una silla adaptada para su progreso y mejora en su calidad de vida.
 
Después del éxito en esta campaña, el colectivo ha conseguido resolver los casos de otra decena de niños. En la actualidad, la Asociación mantiene medio centenar de casos pendientes de resolver y, por ello, Guaguas se ha ofrecido a prestarle su ayuda para la campaña de la pequeña Nuria, cuyo tratamiento cuesta 755 euros cada 25 días, para lo que es necesario reunir 4,5 toneladas de plástico al mes, según estima la ONG.

Tras la recolecta de tapones, las empresas recicladoras son las encargadas de hacer directamente el abono de los costes a la clínica -como sería en el caso de Nuria-, u otro centro si lo necesitara, por lo que el dinero recaudado por la recogida de los tapas no se transfiere ni por la organización sin ánimo de lucro ni por la familia afectada.